Bloqueos y toma de calles, la nueva realidad ciudadana

0

Los bloqueos en calles y autopistas en Puebla se han vuelto cotidianos. Esta columna analiza las causas y consecuencias de una forma de protesta que afecta a todos.

bloqueos en Puebla

Por Ismael Bermejo

Al Confesionario han llegado en las últimas semanas bastantes mensajes de enojo, inconformidad, desesperación e incluso alguno que otro recordatorio familiar —mentada—, tras la nueva forma de quejarse de los poblanos. Amparados en la libertad de expresión y de manifestación, el cierre de calles, autopistas o carreteras federales es lo de hoy en Puebla.

La semana pasada fueron los representantes de los pueblos originarios. Hace algunas semanas, habitantes de Santa Rita Tlahuapan, Atlixco y Coronango se manifestaron por supuestas desapariciones o cuestiones de seguridad. Este jueves, los habitantes de Xoxtla desquiciaron la autopista México–Puebla por un pozo de agua.

Una protesta, muchas afectaciones

Todos estos cierres han representado cuantiosas pérdidas económicas:

  • Mercancía echada a perder
  • Cancelación de citas médicas, escolares y laborales
  • Pérdida de vuelos y oportunidades de negocio

Y todo esto ocurre sin ningún recato por parte de los manifestantes. La afectación es directa para quienes nada tienen que ver con las demandas.

La capital no se queda atrás

A ello se suman los constantes cierres de calles en la capital poblana. Algunos responden al desacuerdo con programas de gobierno. Otros, a organizaciones como la 28 de Octubre, que busca recuperar espacios para operar y lucrar con la necesidad de la gente.

Derecho a manifestarse, ¿pero a costa de qué?

En el Confesionario no estamos en contra del derecho a manifestarse —nuestra Constitución lo garantiza—. Pero sí cuestionamos:

¿por qué no pensar en no afectar a terceros?

Personas ajenas a la causa terminan pagando las consecuencias de una protesta que, válida o no, termina siendo injusta para muchos.

El enojo social crece

Definitivamente algo anda mal en nuestra sociedad. No solo en Puebla, sino en todo el país. El enojo social crece y lleva a tomar decisiones desesperadas, como los bloqueos de vías de comunicación. Esto genera más molestia, más caos, y menos soluciones.

Recuperar el diálogo: una urgencia colectiva

Ojalá que pronto volvamos a privilegiar el diálogo sobre todas las cosas. Que entendamos que compartimos un mismo espacio, un mismo ambiente. De nosotros depende que todo fluya en las mejores condiciones, y que eso se refleje en nuestra vida diaria.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *